Las raíces, las hojas y las flores del diente de león son utilizadas en la cocina para preparar diversos platos de comida. Las hojas secas y las raíces son utilizadas también para uso medicinal y sus propiedades son conocidas desde la antigüedad.
En pacientes con cirrosis o con hepatitis, actúa eliminando las toxinas gracias a sus propiedades depurativas. Mientras que en pacientes con anemia, también sigue siendo un gran remedio por su aporte de hierro y ácido fólico.
Al contener una alta cantidad de potasio, actúa como un diurético, aumentando la cantidad de orina que excretamos por lo que es muy útil para combatir la obesidad o la retención de líquidos.
Esta planta cuando se consume combinada con frutas o verduras, ayuda a hacer bien la digestión y las sustancias amargas que contienen estimulan el funcionamiento de los órganos digestivos, por lo que también está indicada en pacientes con anorexia.
Ayuda a combatir el estreñimiento, debido a sus características medicinales y a su contenido en fibra, ayuda a favorecer el tránsito intestinal.
Preparación de la infusión de diente de león
- Se cocerán 100 gr de raíz de diente de león en un litro y medio de agua.
- Se tomarán tres tazas de esta infusión al día.
Hay que tener cuidado con su consumo, ya que altas cantidades puede ser dañina para nuestro cuerpo y causar malestar. No es recomendable para personas que padezcan graves enfermedades renales, por su poder diurético.
Esta planta normalmente se encuentra en estado salvaje, sin embargo hoy en día se está empezando a cultivar y a comercializar. También podemos encontrar en las herboristerías o tiendas dietéticas zumos de esta planta.
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