
Además de ser un alimento muy energético, ayuda a curar y prevenir muchas enfermedades y malestares de nuestro cuerpo.
Su alto contenido en hierro hace que se estimule la producción de hemoglobina en la sangre. Esta propiedad lo hace muy recomendable en caso de padecer anemia.
Su elevado aporte de potasio y su bajo contenido en sodio hacen del plátano un aliado para combatir la hipertensión arterial y reducir el riesgo de sufrir un infarto.

Su gran aporte de fibra hace que las funciones intestinales puedan normalizarse de forma más sencilla, sin tener que recurrir a laxantes.
Se ha demostrado también su función como antidepresivo gracias a una proteína que contiene, conocida como triptófano. Esta proteína se convierte en serotonina en nuestro organismo, que es un relajante que puede mejorar el estado de humor y aumentar la sensación de bienestar.
El plátano ayuda también a curar la cruda, licuado con miel y leche. Calma el estómago, eleva los niveles de azúcar bajos y rehidrata el organismo.
Ayuda también a neutralizar la acidez, reduciendo la irritación, protegiendo las paredes gástricas y calmando la sensación de malestar. Tomando un plátano entre comidas, conseguimos mantener un nivel de azúcar elevado en la sangre y podemos evitar que aparezcan náuseas matinales.

Aportan mucha vitamina E, que afecta regulando el sistema nervioso y nos ayuda a tranquilizarnos.
Controla la temperatura corporal, de manera que puede reducir la temperatura física o emocional en mujeres embarazadas.
El plátano ayuda a combatir el síndrome de abstinencia en personas que estan dejando de fumar, gracias a su alto contenido en vitaminas C, A1, B6 y B12 y también minerales como el potasio y el magnesio.
Además, el potasio actúa normalizando el ritmo cardíaco, de manera que llega más oxígeno al cerebro y regulando el equilibrio de agua en el organismo. En situaciones de estrés ca cantidad de potasio disminuye. Para reestablecer estos niveles, injerir plátanos puede ser de gran ayuda.
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